Y aunque no haya podio ni fuegos artificiales, lo que ha hecho en estos 22 días tiene un mérito difícil de explicar con palabras.
Ha pedaleado más de 5.900 km, la mayoría de ellos en soledad, sin coche de apoyo, sin masajes, sin hoteles con buffet. Ha dormido donde ha podido: en estaciones de tren, en gasolineras, en rincones al abrigo de un porche.
Solo siete noches ha tenido cama, y una la pasó en un ferry que lo trajo desde Albania.
Le han llovido días seguidos. Le han temblado los pies de frío bajando el Mortirolo. Ha tenido un neumático reventado en el descenso del Monte Grappa. Ha perdido gafas, candado y auriculares. Ha roto el móvil. Y aun así, ha seguido.
Porque hay cosas que tiran más que las piernas: la causa que lo mueve, la gente que lo apoya, y ese empeño suyo por terminar lo que empieza.
Un ciclista que le trajo un neumático nuevo solo por ayudar.
Un hotel que no solo le dio cama, sino también soluciones en forma de neumático.
Un amigo improvisado con el que compartió desayuno en Treviso.
Y esos cafés, pizzas y pastelitos italianos que le devolvían la sonrisa cuando el cuerpo decía basta.
El día que Javi coronó el Colle delle Finestre, el puerto más duro del Giro, lloró.
No de cansancio, sino de emoción.
Por todo lo vivido, por lo que queda, y por quienes ya no están, pero le acompañan en cada pedalada.
El Giro ha sido duro. Pero ha podido con él.
Ahora toca preparar el Tour de Francia.
El 1 de julio arranca en Lille, y Javi volverá a salir antes que los pros.
Para llegar, una vez más, antes que ellos.
¡Primera parte del reto finalizada!
Comenzó en Durazzo (Albania) el 08/05/2025 y acabó en Roma el 01/06/2025
5.900Km / 64.000 D+
Este reto no solo busca generar conciencia sobre la enfermedad “Piel de Mariposa”, sino también recaudar fondos para la asociación DEBRA Piel de Mariposa, que apoya a las familias afectadas y fomenta la investigación para encontrar una cura.
Cada pedalada cuenta.